El recuerdo de Boston: La historia de la Dra. Stavas

Los profesionales de la salud pueden asumir muchos roles al socorrer en una situación de desastre. Pueden usar la capacitación médica básica y los recursos disponibles para ayudar a atender a los niños y otras poblaciones durante y después de una emergencia.

La Dra. Stavas se estaba acercando al final. Había sobrevivido a las largas corridas de entrenamiento, la quebradura de un pie, agotamiento total y al trecho de Heartbreak Hill. Estaba en la recta final de la carrera cuando dos explosiones cambiaron la definición de “sobrevivir” y transformaron a la corredora en médica que brindaba atención de traumatismo a los espectadores de la Maratón de Boston, heridos de gravedad.

Saltando sobre barricadas y corriendo a toda velocidad a través de la multitud, la Dra. Stavas llegó al sitio donde ocurrió la segunda explosión y se encontró con una escena peor que cualquier pesadilla. El aire mismo invadió sus sentidos: el sabor de la sangre, el olor de la piel quemada, los gritos de los corredores y de los espectadores heridos.

Si bien su trabajo diario está centrado en los niños, ella entró en acción para tratar a víctimas de todas las edades. Empezó por administrar RCP a una mujer joven, quien trágicamente falleció. Luego se puso a atender a otras víctimas.

Sin ningún suministro más que las ropas que llevaban puestas, la Dra. Stavas y las personas que estaban allí se ocuparon de tratar las lesiones producidas por la explosión. La creatividad y la necesidad urgente convirtieron a las prendas de vestir en herramientas. “¿Qué se puede hacer cuando solo tienes tus manos y una camiseta? Resulta que puedes hacer mucho”, dijo la Dra. Stavas “La camiseta puede atarse a una extremidad cortada, para detener el sangrado. Se la puede comprimir contra la ingle para comprimir una arteria desgarrada por los fragmentos de una bomba. Se puede usar para cubrir un abdomen con órganos expuestos. Se la puede atar alrededor de una herida sangrante en la cabeza”, agregó.

Lecciones aprendidas

Un factor fundamental que permitió salvar muchas vidas fue la buena voluntad que tuvieron la Dra. Stavas y otras personas para usar los conocimientos y las herramientas que tenían a su alcance en el lugar, mientras que la preparación le permitió al resto del sistema de respuesta a emergencias continuar salvando vidas. “Si bien nos sorprendió por completo, la respuesta y activación rápida del sistema de desastres funcionó muy bien; todos los que salieron vivos del lugar siguieron vivos”, expresó la Dra. Stavas. “Desde los despachadores de ambulancias hasta el personal de servicios médicos de emergencia (SME), incluidos los encargados de limpieza que rápidamente aseaban las estaciones médicas provisorias para prepararlas para el próximo paciente. Todos comprendieron cuál era su función, la cumplieron y desempeñaron un papel esencial para cubrir las necesidades de más de 200 pacientes”, añadió.

Tras el traumatismo inicial, el enfoque pasó a la recuperación. Los pacientes no solo necesitaban recuperarse sino que la comunidad misma estaba en duelo. “¿Cómo se ayuda a aquellos que tienen lesiones invisibles? ¿Cómo se le explica a un niño por qué perdió una pierna, por qué perdió a su hermano?”, dijo la Dra. Stavas. “Al principio la recuperación parecía imposible, pero la comunidad de Boston hizo algo extraordinario. Nos unimos con una causa en común, la idea de que todo el mundo estaba afectado, que todos tenían una historia para compartir y que únicamente al compartir empezarían a sanar”, agregó.

La Dra. Stavas mostró cómo los proveedores de atención médica pueden responder a emergencias usando recursos básicos de capacitación médica o de primeros auxilios. Si bien los pediatras son los médicos principales de los niños, cualquier médico puede usar conocimientos médicos básicos para prepararse y responder a emergencias que puedan afectar a los niños.

El contenido de esta historia ha sido provisto por gentileza de la Academia Estadounidense de Pediatría y de la Dra. Natalie Stavas. La Dra. Stavas es una médica que atiende pacientes en el Hospital de Niños de Boston y profesora de Pediatría en la Facultad Médica de Harvard