Información básica
Los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) son un grupo de afecciones que pueden presentarse en una persona cuya madre bebió alcohol durante el embarazo. Estos efectos pueden incluir problemas físicos y problemas del comportamiento y del aprendizaje. Comúnmente, una persona con un TEAF tiene una combinación de estos problemas.
Causas y prevención
Los trastornos del espectro alcohólico fetal se deben al consumo de alcohol de la madre durante el embarazo. El alcohol en la sangre de la madre pasa al bebé a través del cordón umbilical. Cuando una mujer embarazada consume alcohol, su bebé también lo hace.
No hay una cantidad segura de alcohol que se sepa que se pueda consumir durante el embarazo o cuando se esté tratando de quedar embarazada. No hay ningún momento en el embarazo en el que se pueda beber sin correr riesgos. El alcohol puede causar problemas para el bebé en gestación en toda etapa del embarazo, incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada. Todos los tipos de alcohol son igualmente dañinos, incluso todos los vinos y las cervezas.
Para prevenir los trastornos del espectro alcohólico fetal, la mujer no debe beber alcohol durante el embarazo, ni cuando podría quedar embarazada. Esto se debe a que una mujer podría quedar embarazada y no saberlo durante 4 a 6 semanas. En los Estados Unidos, casi la mitad de los embarazos no son planeados.
Si una mujer bebe alcohol durante el embarazo, nunca es muy tarde para que deje de hacerlo. Debido a que el cerebro del bebé se está desarrollando durante todo el embarazo, cuanto antes una mujer deje de beber alcohol más seguro será para ella y su bebé.
Los TEAF son completamente prevenibles si la mujer no bebe alcohol durante el embarazo, entonces, ¿por qué correr el riesgo?
Signos y síntomas
Los trastornos del espectro alcohólico fetal son una amplia variedad de efectos que se pueden presentar en las personas cuyas madres bebieron alcohol durante el embarazo. Estas afecciones pueden perjudicar a cada persona de diferente manera y pueden ser desde leves hasta graves.
Una persona con un TEAF puede tener:
- Características faciales anormales, como por ejemplo, surco menos marcado entre la nariz y el labio superior (este pliegue se llama filtro o surco subnasal)
- Cabeza de tamaño pequeño.
- Estatura más baja de la estatura promedio.
- Bajo peso corporal.
- Mala coordinación.
- Conducta hiperactiva.
- Dificultad para prestar atención.
- Mala memoria.
- Dificultades en la escuela (especialmente en matemáticas).
- Discapacidades del aprendizaje.
- Retrasos en el habla y el lenguaje.
- Discapacidad intelectual o coeficiente intelectual bajo.
- Capacidad de razonamiento y juicio deficientes.
- Problemas de succión y dificultades para dormir en los bebés.
- Problemas de audición y de visión.
- Problemas del corazón, los riñones o los huesos.
Tipos de TEAF
Para describir los trastornos del espectro alcohólico fetal se usan diferentes términos, dependiendo del tipo de síntoma.
- Síndrome alcohólico fetal (SAF): Este síndrome representa el extremo más grave de los trastornos del espectro alcohólico fetal. La muerte fetal es el resultado más grave de beber alcohol durante el embarazo. Las personas con síndrome alcohólico fetal (SAF) pueden tener características faciales anormales, problemas de crecimiento y del sistema nervioso central. También pueden tener problemas de aprendizaje, memoria, atención, comunicación, vista o audición. Es posible que tengan una combinación de estos problemas. Las personas con SAF comúnmente tienen problemas en la escuela y les cuesta llevarse bien con los demás.
- Trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol: Las personas con el trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol pueden tener discapacidades intelectuales y problemas de conducta y aprendizaje. Puede ser que su desempeño escolar no sea bueno y que tengan dificultades con las matemáticas, la memoria, el juicio y poco control de sus impulsos.
- Defectos de nacimiento relacionados con el alcohol: Las personas con defectos de nacimiento relacionados con el alcohol pueden tener problemas del corazón, los riñones, los huesos o de la audición. Es posible que tengan una combinación de estos problemas.
El término efectos del alcohol en el feto se usaba anteriormente para describir discapacidades intelectuales y problemas de conducta y aprendizaje en una persona cuya madre consumió alcohol durante el embarazo. En 1996, el Instituto de Medicina de los Estados Unidos reemplazó el término efectos del alcohol en el feto por trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol y defectos de nacimiento relacionados con el alcohol.
- Trastorno neuroconductual asociado a la exposición prenatal al alcohol: En el 2013, el trastorno neuroconductual asociado a la exposición prenatal al alcohol fue incluido por primera vez como una afección reconocida en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Siquiatría (APA). Un niño o un joven con el trastorno neuroconductual asociado a la exposición prenatal al alcohol tendrá problemas en tres áreas: (1) Para pensar o recordar, es decir, el niño puede tener problemas para planificar o puede olvidar información que ya ha aprendido; (2) problemas de conducta, como fuertes rabietas, problemas del ánimo (por ejemplo, irritabilidad), y dificultad para redirigir la atención de una tarea a otra, y (3) problemas con la vida cotidiana, que pueden incluir dificultad para bañarse, vestirse de acuerdo al estado del tiempo y jugar con otros niños. Además, para tener un diagnóstico de trastorno neuroconductual asociado a la exposición prenatal al alcohol, la madre tiene que haber consumido más que niveles mínimos de alcohol antes del nacimiento del niño, que la APA define como más de 13 tragos de bebidas alcohólicas por mes durante el embarazo (es decir, cualquier periodo de 30 días durante el embarazo) o más de 2 tragos en una misma ocasión.
Diagnóstico
El término trastornos del espectro alcohólico fetal no se refiere a un diagnóstico clínico. Los CDC trabajaron con un grupo de expertos y organizaciones para revisar las investigaciones y crear directrices para el diagnóstico del síndrome alcohólico fetal (SAF). Las directrices se crearon solo para el síndrome alcohólico fetal. Los CDC y sus socios están trabajando para elaborar un criterio de diagnóstico para otros trastornos del espectro alcohólico fetal o TEAF, como por ejemplo, el trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol. Se continúan realizando investigaciones científicas y clínicas sobre estas afecciones.
Diagnosticar el síndrome alcohólico fetal (SAF) puede ser difícil debido a que no existe una prueba médica, como un análisis de sangre, para diagnosticarlo. Y otros trastornos, como el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y el síndrome de Williams, tienen síntomas como los del SAF.
Para diagnosticar el SAF, los médicos prestan atención a lo siguiente:
- Características faciales anormales (p. ej., surco liso entre la nariz y el labio superior)
- Peso, estatura, o ambos, más bajos que el promedio.
- Problemas del sistema nervioso central (p. ej., cabeza pequeña, problemas de atención e hiperactividad, mala coordinación).
- Exposición prenatal al alcohol, aunque no se necesita confirmar esto para hacer un diagnóstico.
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Tratamiento
Los trastornos del espectro alcohólico fetal duran toda la vida. No existe una cura para los trastornos del espectro alcohólico fetal, pero los estudios indican que los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar el desarrollo del niño.
Hay muchas opciones de tratamiento, que incluyen medicamentos para aliviar algunos de los síntomas, terapias de conducta y aprendizaje, capacitación para los padres y otros enfoques alternativos. No existe un único tratamiento que sea adecuado para todos los niños. Los buenos planes de tratamiento incluirán una vigilancia atenta, seguimiento y cambios a medida que sea necesario.
También, algunos “factores de protección” pueden ayudar a reducir los efectos de los trastornos del espectro alcohólico fetal y contribuir a que las personas con estas afecciones alcancen su máximo potencial.1, 2
Estos factores de protección pueden ser:
- El diagnóstico antes de los 6 años de edad.
- Un hogar estable, lleno de cariño y enriquecedor durante los años escolares.
- Un ambiente sin violencia.
- Acceso a educación especial y servicios sociales.
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¡Busque ayuda!
Si usted o el médico cree que puede haber algún problema, solicite al doctor que le remita a un especialista (un experto en trastornos del espectro alcohólico fetal), como un pediatra especializado en el desarrollo, un psicólogo infantil o un genetista clínico. En algunas ciudades, hay centros médicos en los que el personal tiene una capacitación especial en el diagnóstico y el tratamiento de niños con trastornos del espectro alcohólico fetal. Para buscar los médicos y los centros médicos de su área, visite el Directorio de recursos nacionales y estatales de la Organización Nacional del Síndrome Alcohólico Fetal (NOFAS, por sus siglas en inglés).
Al mismo tiempo que le pida al médico la remisión a un especialista, llame al sistema público de intervención infantil temprana de su estado para solicitar una evaluación gratuita que tenga como fin averiguar si su niño cumple los requisitos para recibir servicios de intervención. A veces a esto se lo denomina evaluación Child Find. Usted no necesita esperar a que le digan el diagnóstico o a que su médico lo remita a un especialista para hacer esta llamada.
Dónde tiene que llamar para solicitar la evaluación estatal gratuita dependerá de la edad de su hijo:
Si su niño es menor de 3 años de edad, contacte a su sistema local de intervención temprana.
Si su hijo tiene como mínimo 3 años de edad, comuníquese con el sistema escolar público local.
Aun si su hijo no tiene la edad suficiente para asistir al kínder o no está inscrito en una escuela pública, llame a su escuela primaria o al consejo de educación locales y solicite hablar con alguien que lo pueda ayudar a que evalúen a su hijo.
Referencias
Streissguth, A.P., Bookstein, F.L., Barr, H.M., Sampson, P.D., O’Malley, K., & Young, J.K. (2004). Risk factors for adverse life outcomes in fetal alcohol syndrome and fetal alcohol effects. Developmental and Behavioral Pediatrics, 5(4), 228-238.
Streissguth, A.P., Barr, H.M., Kogan, J. & Bookstein, F. L., Understanding the occurrence of secondary disabilities in clients with fetal alcohol syndrome (FAS) and fetal alcohol effects (FAE). Final report to the Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Seattle: University of Washington, Fetal Alcohol & Drug Unit; August 1996. Tech. Rep. No. 96-06.
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