Crear estructura y reglas

Ofrézcale opciones a su hijo. 

Siempre que sea posible, intente darle opciones a su hijo. Pregúntele: “¿Quieres A o B?”. (“¿Quieres la camisa roja o la verde; la manzana o la banana; este cuento o este otro?”). Si el niño se molesta, repita con calma: “¿Quieres A o B?”. Si necesita que el niño haga dos cosas, como bañarse y cepillarse los dientes, deje que él elija cuál hará primero. Darle a escoger puede ayudar a su hijo a ser más independiente, a sentir que tiene cierto control y a reducir las luchas.

Establezca una rutina y apéguese a ella.

Una rutina es una serie de pasos que sigue de la misma forma todas las veces. Esto significa que las actividades del día son predecibles. Las rutinas matutinas, por ejemplo, pueden ayudarlos a usted y a su hijo a prepararse para salir de casa a la hora que deben. Una rutina a la hora de acostarse puede ayudar al niño a dormir mejor y a que usted tenga más tiempo para sí mismo. Las rutinas de la hora de cenar pueden ayudar a su hijo a alimentarse en forma saludable (¡no se come el postre antes de la cena!). Si el niño conoce la rutina, usted tendrá que soportar menos berrinches y luchas de poder durante el día.

Use rutinas para prevenir los berrinches.

Establecer rutinas puede ayudar a prevenir los berrinches. Muchos berrinches se producen porque los niños no saben qué esperar durante el día o no desean hacer algo que se les ha pedido. Las rutinas eliminan las conjeturas sobre las actividades diarias. Puede ser de gran utilidad enseñarle a su hijo la rutina cuando usted comience a usarla. Puede ser útil usar un cuadro o una canción para dormir que explique la rutina en detalle.

Sea predecible. 

Los niños se sienten a salvo y saben cómo comportarse cuando tienen una rutina y saben a qué atenerse. Ser predecible en todas las áreas de la vida de un niño puede reducir el estrés y mejorar la conducta del pequeño. Algunos ejemplos son establecer y hacer que se cumplan las reglas, y tener una rutina para la hora de dormir y para las comidas.

Establezca distintas horas para el despertador.

Si tiene más de un hijo, considere establecer distintas horas para que se levanten en la mañana según tengan que prepararse para ir a la escuela o a la guardería infantil. Despierte a los niños que necesitan más ayuda primero y luego avance con los que requieren menos ayuda. Esto puede ayudar a reducir su frustración en las mañanas y hacer que todos lleguen adonde deben sin retrasos.